Vivimos en una sociedad moderna en donde todo va a mil por hora, y en los afanes diarios de la vida, no le damos mucha importancia a la olvidada paciencia.
Pero hoy estos ancianos, quienes se dedicaron tranquilamente a tomarse su tiempo para cruzar la carretera mientras los conductores furiosos los observaban, nos dejan una divertida, pero realmente valiosa lección. Mira de qué estamos hablando.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por: Facebook y PINTEREST