Una de las grandes atracciones turísticas en california es el avistamiento de ballenas. Una actividad que no es peligrosa, aunque en esta ocasión se convirtió en casi un deporte de aventura. Y todo gracias a la imprudencia o el despiste del capitan de un barco que regresaba del avistamiento para dejar a los turistas en tierra y llevarse a otro grupo.
Las personas que esperaban en el muelle de san diego no daban crédito a lo que veían: el barco se acercaba cada vez más, pero su velocidad no disminuía. Cuando estaba a punto de estrellarse, todos tuvieron la inteligente idea de alejarse del muelle. Y finalmente, el barco se estrelló. Afortunadamente, no hubo víctimas.
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