Cuando uno tiene una casa con patio trasero y un lago que forma parte de la propiedad, puede esperar encontrarse con invitados inesperados, como ranas o culebras. Pero en esta ocasión, lo que la propietaria de la casa se encontró fue un manatí.
Estos mamíferos, también conocidos como vacas marinas, no son precisamente ligeros. De hecho son tan enormes que no sobrevivirían fuera del agua, por lo mucho que pesan. Pero este era, además, muy curioso. O bien estaba hambriento, porque la asombrada mujer se lo encontró comiéndose el pasto.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por: Facebook y PINTEREST